Breve descripción

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La integración del diagnóstico por imágenes en la práctica médica es indiscutible: contribuye y participa en la prevención, detección, tratamiento y seguimiento de numerosas enfermedades.

Uno de los grandes progresos de la medicina se debe al desarrollo de la imagenología. Las pruebas de imágenes resultan una pieza fundamental para el diagnóstico temprano de gran cantidad de patologías y afecciones, otorgando un dictamen médico rápido y eficaz. En muchas oportunidades, para la correcta valoración de una afección se necesita más de una prueba diagnóstica, las cuales resultan complementarias.

Si bien las imágenes son de gran ayuda, la evaluación del médico clínico en sus diferentes especialidades y de los cirujanos es fundamental para el diagnóstico. Así, la información de las propias imágenes aumenta y crece en su valor en base al contexto de la sintomatología clínica, de la opinión de los expertos y de los datos que arrojan los análisis de laboratorio.

La primera prueba diagnóstica por imagen utilizada fue el denominado Rayos X. Con el paso del tiempo y pese a su amplio uso cuando era el único método para "ver" dentro del cuerpo humano, demostró tener ciertas limitaciones vinculadas a la superposición de estructuras (hueso, aire, músculos y otros elementos del organismo), además de su escasa capacidad para el diagnóstico preciso de diversas patologías y enfermedades.

Sin embargo, la radiografía continúa teniendo un rol importante en el diagnóstico inicial. Resulta indispensable para la primera visualización de diversos órganos, para el estudio del esqueleto óseo, para el primer "contacto" visual con los pulmones o para el estudio dinámico del tubo digestivo, entre las principales indicaciones actuales. Además, los estudios basados en los Rayos X, como la angiografía digital, permiten estudiar, diagnosticar y tratar patologías de las arterias. Asimismo, es ampliamente reconocida su capacidad para el estudio de la patología mamaria, mediante la mamografía digital.

Para un mejor diagnóstico

El continuo avance tecnológico y la necesidad de poder observar más detalladamente las estructuras del cuerpo humano, avanzando al ritmo de los adelantos de otras especialidades que exigieron el aporte más preciso de las imágenes, fueron los ya ampliamente conocidos métodos bi y tridimensionales: ecografía o ultrasonografía, tomografía computada, resonancia magnética, PET, cámara gamma, entre otros.

En la actualidad, y teniendo en cuenta la forma de estudiar al organismo de manera integral, se ha acuñado el término Diagnóstico Molecular, el cual pretende incluir el diagnóstico del paciente en forma conjunta entre los análisis de laboratorio, los exámenes anatomopatológicos y los estudios por imágenes, integrándolos para efectuar un diagnóstico no sólo morfológico de las enfermedades sino también funcional.

Por otra parte, muchos de estos métodos de imágenes sirven de guía para tomar biopsias y enviar el examen al anatomopatólogo, quien podrá indicar qué patología afecta a un órgano determinado sin necesidad de someter al organismo a una cirugía.

Es importante tener en cuenta que estos nuevos y sofisticados métodos de diagnóstico actuales resultan de mayor utilidad y precisión diagnóstica cuando se encuentran integrados en una institución hospitalaria o sanatorial, lugares en los que el permanente intercambio de opiniones entre imagenólogos, médicos clínicos y cirujanos constituye una "junta médica continua", haciendo que las decisiones sean inmediatas y evitando demoras en los tratamientos. Así trabajamos en Sanatorio Allende, ofreciendo a nuestros pacientes tecnología de última generación sumada a la mirada multidisciplinaria de profesionales altamente calificados con el objetivo de lograr un diagnóstico temprano y certero.

Los adelantos tecnológicos alcanzados en el diagnóstico por imágenes resultan aportes fundamentales en la medicina, los cuales se traducen en un gran progreso en el ámbito de la salud y cuidado del paciente.